![]() AUTO-HERMES
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José Julián Martí Pérez |
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La Edad de Oro |
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A los niños que lean la "Edad de Oro"
Para los niños es este periódico,
y para las niñas, por supuesto. Sin las niñas no se puede vivir, como no puede
vivir la tierra sin luz. El niño ha de trabajar, de andar, de estudiar, de ser
fuerte, de ser hermoso: el niño puede hacerse hermoso aunque sea feo; un niño
bueno, inteligente y aseado es siempre hermoso. Pero nunca es un niño más bello
que cuando trae en sus manecitas de hombre fuerte una flor para su amiga, o
cuando lleva del brazo a su hermana, para que nadie se la ofenda: el niño crece
entonces, y parece un gigante: el niño nace para caballero, y la niña nace para
madre. Este periódico se publica para conversar una vez al mes, como buenos
amigos, con los caballeros de mañana, y con las madres de mañana; para contarles
a las niñas cuentos lindos con que entretener a sus visitas y jugar con sus
muñecas; y para decirles a los niños lo que deben saber para ser de veras
hombres. Todo lo que quieran saber les vamos a decir, y de modo que lo entiendan
bien, con palabras claras y con láminas finas. Les vamos a decir cómo está hecho
el mundo; les vamos a contar todo lo que han hecho los hombres hasta ahora.
Las niñas deben saber lo mismo que los
niños, para poder hablar con ellos como amigos cuando vayan creciendo; como que
es una pena que el hombre tenga que salir de su casa a buscar con quien hablar,
porque las mujeres de la casa no sepan contarle más que de diversiones y de
modas. Pero hay cosas muy delicadas y tiernas que las niñas entienden mejor, y
para ellas las escribiremos de modo que le gusten; porque la Edad de Oro tiene
su mago en la casa, que le cuenta que en las almas de las niñas sucede algo
parecido a lo que ven los colibríes cuando andan curioseando por entre las
flores. Les diremos cosas así, como para que las leyesen los colibríes, si
supiesen leer.. Y les diremos cómo se hace una hebra de hilo, cómo nace una
violeta, cómo se fabrica una aguja, cómo tejen las viejecitas de Italia los
encajes. Las niñas también pueden escribirnos sus cartas, y preguntarnos cuanto
quieran saber, y mandarnos sus composiciones para la competencia de cada seis
meses. ¡De seguro que van a ganar las niñas!. |