Odio
El
odio es resentimiento
que
yo no se practicar
el
odio tiene lugar
donde
no hay convencimiento.
Yo
puedo en cualquier momento
a
un semejante ofender,
no
importa si hombre o mujer;
pero
ese es un episodio
de
la vida, donde el odio
no
puede prevalecer.
Yo
no se odiar; yo perdono,
porque
es mejor perdonar
y
con razón para odiar
le
sonrío al abandono.
Tengo
el perdón como abono
para
los que me aborrecen,
hasta
los que no agradecen
tienen
mi mano tendida
porque
hay seres en la vida
que
ni el odio se merecen.
Odia
el hombre resentido
cuando
a falta de valor
quiere
matar con rencor
lo
que no puede el olvido.
Yo
cuando más ofendido
me
siento, medito más;
y
sabiéndome capaz
de
dar hasta la camisa
le
devuelvo una sonrisa
al
que me escupe la faz.